ITALICA

Desde la Dinastía Han, ya eran conocidos en China los tejidos y técnicas de anudado para la confección de alfombras, pero es a partir de la Dinastía Ming, cuando su fabricación adquiere realmente importancia. Su desarrollo durante las dinastías Ming y Qing, estuvo directamente relacionado con la influencia foránea iniciada por los mongoles, así como por el desarrollo de un gusto suntuario en torno al Palacio Imperial. El material más utilizado en la fabricación de alfombras fue la lana, y más tardíamente la seda. El tipo de nudo más frecuente en las alfombras chinas, es el llamado nudo persa o Siné, en el que se envuelve completamente un hilo de urdimbre, pasando por detrás del segundo hilo. Se utilizó también la técnica de anudado, o de revés cerrado, que indica una construcción de urdimbre y trama, que da lugar a un acabado apretado y recio, en el que el nudo resulta invisible. Los motivos decorativos que aparecen representados, se pueden clasificar en varios tipos: de origen vegetal, encontrando con frecuencia flores cargadas de simbolismo como la peonía o el loto, así como elaborados arreglos florales en decorativos jarrones; escenas animales, donde habitualmente aparece la imagen del tigre, así como idílicas escenas de ciervos y grullas, o simbólicas de dragones y Ave Fénix; de diseño geométrico, con grecas y entramados de diferentes tipos; y las asociaciones simbólicas, como los Ocho Tesoros, o los Ocho Símbolos Budistas. Los motivos de paisaje, dónde se ensalza la importancia de la Naturaleza para la civilización china, muestran magníficas composiciones dónde las montañas, el agua, la tierra, los árboles y los animales se integran en un perfecto equilibrio. Tianjin, Beijing, Baotou, Ningxia, Shanghai, Khotan, Aksu y Lhasa, han sido tradicionalmente los centros más importantes en la fabricación de alfombras, distinguiéndose su producción tanto por la calidad del material empleado, como por el magnífico repertorio iconográfico.